miércoles, 18 de noviembre de 2009

La colaboración debe continuar en la distancia

Bueno, voy a inaugurar los artículos de opinión contando brevemente mi experiencia y lo que me he traído de Guatemala.

Me llamo Arturo Andújar, soy de Sevilla y he pasado 3 semanas en Guatemala, participando en el Proyecto de San Mateo Milpas Altas, aldea de unos 3.800 habitantes que se encuentra en una montaña a unos 15 min. en camioneta (bus) de la ciudad de Antigua.

Ha pasado más de un mes desde que regresamos y cada día tengo un recuerdo de esta experiencia, sin duda una de las más gratificantes de mi vida. Y eso que al principio uno va con muchas reticencias y prejuicios, por lo que cuentan las noticias del país, porque es la primera vez que vas de cooperante, porque no sabes lo que te vas a encontrar….
Y la verdad, es que nada ha podido salir mejor. En ningún momento he tenido sensación de inseguridad, a pesar de que vas un poco sugestionado y los primeros días todo te impacta un poco, pero muy rápido te haces a los sitios y te sientes como en casa. O mejor dicho, te hacen sentir, porque si hay algo que hace que la estancia sea inolvidable es la gente con la que vas a tratar cada día. Todo el mundo es especialmente atento, educado, cariñoso…

La ciudad de Antigua es especial dentro de Guatemala. Es el lugar más turístico y acoge a más voluntarios por metro cuadrado del mundo. Esto hace que se respire un ambiente de buen rollo y que tienes todos los servicios y atracciones que demanda la gente joven y aventurera: internet, tiendas de todo tipo, lavanderías, supermercados, bares de copas, restaurantes de todas las clases, vida nocturna… Además es muy cómoda porque todo está cerca, y se puede ir caminando o en los divertidos tuc-tucs.

En la casa donde nos alojábamos teníamos todas las comodidades, y el trato era igualmente excepcional. Doña Margarita cuidaba de que estuviera todo en orden y ponía gran interés en hacernos la mejor comida posible. Mientras, doña Isabel limpiaba y correteaba pa arriba y pa abajo sin parar, contagiando a todo el mundo con su buen humor.

Y por fin llegamos al Proyecto. Juan, Judith, Doña Camila, los niños… todos forman una gran familia en todos los sentidos. Juan y Judith dedican todo su tiempo y recursos a mantener viva una ilusión. La de un futuro mejor. Un futuro para unos niños que no tienen nada más que problemas y que sin su ayuda, apenas irían a la escuela pasando a engrosar el ya desproporcionado número de analfabetos que dominan su comunidad y buena parte del país. Entrarían en la rueda que entraron sus padres, los cuales carentes de oportunidades se vieron avocados a situaciones de miseria y desesperación.

El Proyecto de Juan y Judith (y no nos olvidemos de los abuelos, los padres de Judith, que tanto aportan a la causa), es un proyecto de vida del que tenemos mucho que aprender. Y es que aunque sea un tópico, uno se trae mucho más de lo que deja.

Por una parte, una auténtica lección de humildad, generosidad, solidaridad y cariño; por otra, algo en que creer. Cuando uno ya está harto de la manipulación mediática, los politicuchos, corruptos e indolentes, el consumismo compulsivo, los fanatismos religiosos y opulentos y el catetismo borreguil, resulta que de repente, encuentras gente en quien creer, gente que va de frente y que dedican su vida a cambiar el mundo.

Algo que parece imposible, cambiar el mundo, ellos lo están intentando, lo están haciendo. Con sus escasos recursos están dando una educación al futuro de una aldea, los niños. Una aldea que vive en condiciones de extrema pobreza y que no ve la manera de salir de ella y la única oportunidad es a través de la educación. Piensa en global, actúa en local.

Para mi tienen un mérito tremendo.

En fin, habría mucho más que contar y me pasaría horas escribiendo sobre lo que esta experiencia me ha aportado, por eso, me gustaría que no se quedara solo ahí, que entre todos los que la hemos vivido podamos unir esfuerzos para ayudar a Prodesenh a seguir adelante, a que no decaiga.

Por tanto invoco a todos los que visiten estas páginas a que se animen a visitar el proyecto si tienen oportunidad, les aseguro que no se arrepentirán, y si no, pues también se puede colaborar desde la distancia. Estamos trabajando en ello (que mal me suena esta frasecita) y pronto veremos como hacerlo.

Un abrazo a todos los cooperantes, especialmente a mis queridos compis, Susana, Marta, Inés, Sergio y Fran. Y por supuesto, si nos leen, Judith y Juan, todo esto es para y por vosotros, porque os lo merecéis.

Como decía un antiguo slogan de la entidad para la que trabajo, Juntos Lo Lograremos.

PD.- Os dejo el video de nuestra despedida del proyecto...


3 comentarios:

  1. grasias muchas grasias x lo que esta asiendo dios los bendiga

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  2. Hola Arturo,

    soy Irene, una chica de Sevilla muy interesada en vivir una experiencia como la tuya. Soy trabajadora socil y estoy informándome sobre los posibles proyectos donde podría participar, y me ha motivado muchísimo tu experiencia.
    Si no te supone ningún inconveniente me gustaría tener tu correo electrónico para poder consultarte todas mis dudas y miedos!!

    Espero tener noticias tuyas. Gracias y un saludo.

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  3. Hola Irene,
    Ahora estoy de viaje pero si quieres, escribeme y te voy contando, o hablamos cuando llegue a sevilla.

    saludos!
    cleverdyc @ gmail . com

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